En clase de filosofía teníamos que escribir cómo sería el mundo dentro de 100 años, mi grupo escogió la casa del mañana y, como me parecía divertido, me propuse a escribirlo, en el fondo, me gustaba y todo.
Bien, pues me toca leerlo en clase:
La mujer abrió la puerta de su casa y dejó la llave (su tarjeta electrónica, con todos sus datos) en el recibidor. Las luces se fueron encendiendo y apagando a medida que entraba y salía de las habitaciones.
- Pero eso ya existe- Dijo la profesora, tan pancha.
Sí, bueno, está en todas las casas eh? hasta en la periferia... ya me gustaría ver cuántas ostias se ha dado cuando ha querido ir al baño de noche...
Lo dejé pasar mientras mi interior gruñía.
Entró al salón, la televisión se encendió sola, y un holograma formó una escena de una película, los personajes parecían actuar en su salón, les ignoró sin más y fue a la cocina.
- ¡Pero si ya existe la tecnología 3D!
Claro, yo es que entro a mi salón, la tele se enciende sola y puedo encontrarme con que el calamar de piratas del caribe quiere comerme... claro, me había olvidado.
- Pero no en holograma, sino en 3D, y solo en el cine, lo que digo yo es una proyección holográfica que...
- Sí sí venga, lo que tu digas.
Mi cuerpo gruñe, procuro no romper la hoja con la historia.
Una pequeña aspiradora hacía las labores de limpieza ahí, silenciosa y sin molestar, se deslizaba por los lugares más angostos y, en apariencia, imposibles, para limpiar cualquier rastro de suciedad. Ni siquiera pareció captar la atención de la mujer, que paseaba sin problemas por el lugar.
- ¿Y eso es novedad? ¡Pero si ya existe?
Perdona, yo no tengo el dinero necesario para conseguir ese pequeño aspirador que, encima, almacena y tira él sólo la basura (cosa que puse cuando pasé a limpio).
Un pitido la detuvo en sus quehaceres, y se acercó al teléfono, descolgó pulsando un botón y una imagen de un hombre apareció en la habitación, proyectada por el propio teléfono.
- ¡Cariño! ¿Otra vez cocinando? Te dije que me ocupaba yo...- Dijo el hombre, al ver a la mujer gracias al mismo proyector.
- ¡Cariño! ¿Otra vez cocinando? Te dije que me ocupaba yo...- Dijo el hombre, al ver a la mujer gracias al mismo proyector.
- No es molestia, tranquilo...- Continuaron hablando sobre temas triviales mientras la mujer iba sacando ingredientes y dejándolos en la encimera, al lado de una pantalla incrustada a la superficie. Fue tecleando una a una las instrucciones, y, al acabar, de varios sitios salieron unas manos metálicas que fueron tratando los alimentos según las instrucciones.
- Pero si eso ya existe- Ahí creí que moriría, ¿cocinas automatizadas controladas por un ordenador? Esa mujer había soñado.- La termomix.
Mi cuerpo me pedía suicidarme, de verdad, comparar unos robots que se escondían en la cocina, sacaban toda clase de instrumentos con la precisión exacta, te picaban, pelaban, lavaban y hacían cualquier cosa rara, sin que tu hicieses más que coger los instrumentos... ¿acaso su casa tendrá manos?
Se lo traté de explicar en vano... De verdad, estaba al lado de la ventana, y de no ser porque caería en el huerto de la boca inhumana, que seguro que me comía, habría saltado.
Al acabar, la mujer volvió al salón.
La antigua película había acabado, y en su lugar había una antigua, ¡en dos dimensiones! Aquello era tan inhóspito, que captó su atención. Todo lo hacían con sus manos, con la ayuda de unos elementos tan antiguos que apenas había en el museo virtual de antigüedades de la ciudad. Captó que, a pesar de ello, la gente era feliz, disfrutaba de cada acción, el hecho de picar cebolla, aunque les hacía llorar, causaba satisfacción, limpiaban con sus manos, ayudándose, cuando allí todo se hacía al instante, automatizado...
Apenas habían pasado 100 años desde aquello. Y todo parecía cada vez más lejano.
La antigua película había acabado, y en su lugar había una antigua, ¡en dos dimensiones! Aquello era tan inhóspito, que captó su atención. Todo lo hacían con sus manos, con la ayuda de unos elementos tan antiguos que apenas había en el museo virtual de antigüedades de la ciudad. Captó que, a pesar de ello, la gente era feliz, disfrutaba de cada acción, el hecho de picar cebolla, aunque les hacía llorar, causaba satisfacción, limpiaban con sus manos, ayudándose, cuando allí todo se hacía al instante, automatizado...
Apenas habían pasado 100 años desde aquello. Y todo parecía cada vez más lejano.
- Pues me parece poco moderno...
La mataba, juro que la mataba, en 100 años la innovación, con las bases actuales, no podía decirse mucho más, si no quería que todo pareciese regreso al futuro...
Unos compañeros expusieron su trabajo, autobuses a la luna, con un iman en la tierra y la luna, para atraer el cohete...
- ¿Y que pasa con todos los satélites metálicos que hay alrededor de la tierra y controlan todo? ¿que pasa con la base espacial que gira alrededor nuestro, las naves espaciales destinadas a ir a marte o júpiter?
- No, para entonces no se usará el metal...
Ahora pienso, ¿y en los autobuses a la luna sí? que rabia que sonase el timbre, o juro que seguía dando cortes a sus estupideces...
Encima, se trataba de basarse en la tecnología actual... Claro, las naves viajan gracias a imanes... De verdad, que a la próxima, no dejen pensar a la joven que en el problema "x= 2y" pregunta por qué x es igual a 2y... porque le da la gana al que lo escribió, joder!
Jajajaja me encanta xd
ResponderEliminar