Hoy en casa de mi madre hemos visto la temporada entera de esta serie, protagonizada por Stephen Merchant, quien hace de Stuart Pritchard, un diseñador web que no hace más que intentar buscar una mujer (muy lejos de sus posibilidades, cabe añadir), dejando tirado a su amigo recién separado Wade (interpretado por Nate Torrence). Otros personajes importantes son Jessica (Christine Woods), la inquilina de Stuart, Kives (Kevin Weisman), el enemigo acérrimo de Stuar (y minusválido), Glenn (Sean Wing), el agente y amante de Jessica, y Kimberly (Heather Hahn), el interés de Stuart.
Pese a la cara de patético que tiene este hombre, y el cierto parecido con Sheldon de Big Bang, este friki languilucho no es tan gracioso como su congénere. La serie básicamente se trata de Stuart intentando ligar de manera constante, y fracasando estrepitósamente. Lo primero que nos infunde esta serie es vergüenza ajena. De manera drástica. Stuart es patético a la hora de ligar, sobre todo porque se las da de chulito cuando el pobre no se come ni un rosco. Añadamos a la ecuación que es un hombre jodidamente agarrado, que se puede permitir una casa en las colinas pero 40$ le parecen pocos.Por en medio nos encontraremos intentos de Wade por recuperar a su mujer y a Jessica intentando triunfar en el mundo del espectáculo. Ah, y a Kives logrando ligar todo lo que Stuart no puede.
No es una serie mala, sobre todo cuanto más la vas viendo. Al principio no haces más que sentir vergüenza ajena por Stuart, luego te debes de ir haciendo un poco a los personajes, te atrae su intriga, y te das cuenta que bueno, podría ser peor.
Lo bueno es que los personajes no son planos. Evolucionan y tienen sus intrigas, lo que se agradece. Además creo que suavizan un poco a Stuart, lo que se agradece aún más. En serio, ese hombre es insufrible en el piloto.
Si soy sincera, seguramente yo no habría pasado del piloto, seguramente habría dejado el piloto a medias, o puede que ni siquiera la hubiera empezado a ver. Pero estando sola en casa con mi madre, tenía a escoger ver eso o morirme de asco en mi habitación... Y no lo hice porque me tenía que levantar.
Pero mentiría si dijera que ahora no me he quedado con ganas de más. Siendo 8 capítulos de poco más de media hora cada uno, si te la ves del tirón acabas diciendo que te ha sabido a poco, pese a lo indecente que le haya parecido a mi madre (a ver, es muy indecente, pero me ha dejado con la intriga de como acaba pese a que ya lo supongo).
En conclusión: los personajes evolucionan a lo largo de la serie, haciéndose menos insufribles, la trama se suaviza, haciéndose tolerable, y empiezas a dejar de sentir ganas de estamparte contra la pared más o menos en el capítulo 6, es decir que, si los ves seguidos, solo tienes una hora para darte cuenta de que Stuart puede ser una persona decente, pese a que no lo parece.
Eso, si soportas tensos silencios, miradas asesinas, y unas ganas constantes de apagar la televisión.
En definitiva, buena suerte con ello. Si eres como mi madre, que se ventila las series y empieza a quedarse escasa de armamento, se deja ver.
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